martes, 16 de agosto de 2011

Breve reseña histórica de la flauta dulce

Flauta de Marfil, de aproximadamente unos
40.000 años de antigüedad encontrada en
el sudoeste de Alemania.
La  flauta dulce aparece en la prehistoria cuando el hombre de entonces descubre que soplando tubos agujereados, éstos producían sonidos que variaban su altura dependiendo del método  de manipulación. Desde entonces, la evolución del instrumento, la manera de interpretarlo y asimilarlo en un contexto cultural y por ende, no lineal, ha sido una labor que se mueve paralelamente a todo el desarrollo evolutivo del hombre.

El uso de la flauta en su etapa primigenia, se aplicó a ritos  fúnebres, celebraciones, fiestas y adoraciones de los dioses. Aún cuando apareció por primera vez la flauta traversa en el medioevo, la flauta dulce seguía siendo un instrumento distinguido para los músicos expertos.

Mientras las líneas monofónicas  se  transformaban  para dar paso a piezas musicales más ricas y complejas, la flauta dulce se perfeccionó y popularizó. Grupos de flautistas interpretaban y acompañaban obras de carácter polifónico. Compositores del barroco como Bach, Haendel y Vivaldi  escribieron obras para flauta que dieron mayor reconocimiento y aprobación de la misma por parte del público.

Es en la segunda mitad del siglo XVIII,  que la flauta dulce declina ante la acepción que  recibe  la flauta traversa, la cual proporcionó mejores y mayores retos técnicos interpretativos. A partir de entonces la flauta dulce no solo se opacó sino que por mucho tiempo paso a ser parte de un pasado remoto del que algunos ejemplares se conservaban en museos.

Un intento de interpretar obras de periodos remotos, con los instrumentos propios de la época, llevo a Arnold Dolmetsch a retomar la flauta dulce. Posteriormente el compositor Carl Orff, quien es considerado uno de los mejores pedagogos musicales de la historia, restablece el carácter primordial de la flauta en el ámbito pedagógico.

En la actualidad, la flauta es una herramienta básica y fundamental en la enseñanza musical. Su importancia  es puntual e indispensable pese a la sencillez de su estructura con respecto a otros instrumentos.
Son cinco tamaños de flauta mayormente reconocidas y vigentes: sopranino, soprano, alto, tenor y bajo.
La digitación más común para la flauta dulce es la digitación barroca, que sin embargo difiere poco de la digitación alemana.
                                                                                                       

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